martes, 14 de junio de 2016

CICATRICES


Era cicatrices. Suspiros, lágrimas, ojeras y noches en vela. Se miraba en el espejo y no alcanzaba aún a encontrarse, estaba en proceso, pero no era el momento. Se sentaba observando su reflejo en silencio preguntándose cuándo se identificaría con su imagen.

Pequeñas líneas blancas recorrían la piel de sus caderas y de sus muslos. “La piel es sabia”, le gustaba decir con una sonrisa amarga en los labios. Había tenido más “heridas de guerra”, como las llamaba, pero no quedaba apenas rastro de ellas, y yo lo agradecía. Cada vez que las miraba no podía evitar pensar en lo mal que lo había pasado, en cuánto daño le habían hecho y cómo yo iba a impedir que eso volviese a ocurrir.

Nadie debía sufrir de esa forma. Sentirse inútil y perderse de aquel modo. Sentirse o muy lleno o muy vacío, sin ningún término medio. Herirse a si mismo para ¿qué? Ni ella lo sabía. “Para desahogarme, liberar toda la rabia”, decía a veces entre balbuceos, “ lo mismo que una persona enfadada golpea una pared con el puño, yo cuando no puedo aguantar más me corto”. Siempre fruncía el ceño después de decir aquello, confundida. Otras veces en cambio decía que era porque se sentía vacía y era la única forma de sentir algo. “¿Pero cómo vas a sentirte vacía?”, le preguntaba yo sin comprender. En respuesta ella se encogía de hombros.


Lo que más me molestaba de todo, sin lugar a dudas, era haber podido alejarla de las heridas pero no de la tristeza. Tampoco la aparté de aquel invierno eterno en el que vivía y al que me había arrastrado durante mucho tiempo. Jamás pensé que yo fuese el siguiente en hacerle daño escapando de su invierno.  

4 comentarios:

  1. Dile de mi parte que no se sienta culpable. Hay inviernos ajenos que no podemos curar ni por mucho que lo intentemos.

    (sonrisa de elefante)

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    1. Los inviernos son difíciles de curar.

      Abrazos de niñadragón.

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  2. Una vez dije que es mucho mejor que duela la piel a que duela el pecho.
    Me gustan las cicatrices porque son historias que contar, pero mucho mejor las de tinta. Me gustan las cicatrices porque son heridas que sanaron, y menos mal.

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    1. Menos mal que sanaron y que nos enseñan. Gracias por dejar tu estela por aquí.

      Abrazos de niñadragón.

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